En pleno siglo XXI, América Latina mantiene barreras culturales y políticas que obstaculizan alcanzar la igualdad y la inclusión de la comunidad LGBTI, según el más reciente reporte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

La homofobia es un problema que en los últimos años ha venido afectando a la región. En muchos países ser homosexual significa estar expuesto a que sus derechos humanos sean violentados. Según la CIDH, sólo entre enero de 2015 y marzo de 2016, casi 600 personas murieron en América Latina por la violencia contra la población LGBTI.

Según el informe titulado “Violencia contra personas LGBTI en América” de la CIDH publicado en 2015, la situación de América Latina resulta “contradictoria”. Aúnque, en estos países cuentan con algunas de las legislaciones más progresistas sobre la igualdad y la protección de la comunidad, las tasas de violencia en contra de esta minoría siguen siendo altas.

Actualmente, da la impresión que no se cuenta con los suficientes estudios estadísticos sobre violencia en contra de miembros de la comunidad, siendo uno de los desafíos más significativos. Aún en este contexto de carencia, las cifras, que son registradas particularmente por entidades de la sociedad civil, son motivo de gran alarma.

La investigación de la CIDH y otras realizadas en la región revelan que la violencia contra las personas LGBTI es cada vez más extrema. En algunos casos, han llegado a ser torturados antes de ser asesinados, crímenes suelen quedar impunes, según cuentan los reportes. Por ejemplo, en materia de asesinatos en 2017 se registraron 340 personas de la comunidad asesinados en Brasil, 11 de personas en El Salvador, 7 personas activistas de derechos humanos en Honduras y 8 personas en Colombia.

La Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) asegura que la situación global de personas LGBTI “es preocupante”. “Pese a que el número de leyes que criminalizan las prácticas sexuales entre el mismo sexo se está reduciendo, la persecución y la fuerte estigmatización persisten en muchos países”.

Respeto, inclusión y tolerancia

Sociedades más informadas son eventualemente más tolerantes lo que es clave para la coexistencia.

“La homofobia es el arma con el que se persigue a quienes se atreven salir de la norma heterosexual. Los homófobos constituyen ‘el brazo armado’ de una sociedad intolerante que ve en ellos la realización de una labor de ‘saneamiento moral”, dijo Luiz Mott, antropólogo, sociólogo y activista brasileño durante la Presentación del II Encuentro Nacional Disidencia sexual e identidades sexo-políticas en 2005.

En este contexto, para la UNESCO la educación transforma vidas y juega un rol importante en nuestra sociedad. Partiendo de ello, es importante definir que educarnos nos ayudará a modificar creencias y disminuir los actos de homofobia en América Latina que cada vez son cada vez más extremos.

Algunas de las leyes que se han aprobado permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción, el cambio de género en las tarjetas nacionales de identificación y las leyes contra la discriminación. Sin embargo, en el contexto educativo aún no se ha generalizado temas como derechos LGTBI.

Actualmente la unión civil entre personas del mismo sexo es legal en Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Uruguay, Colombia y México. Hoy, 14 países latinoamericanos también han aprobado leyes que prohíben la discriminación en el lugar de trabajo basada en la orientación sexual. En Argentina, Brasil, Colombia y Uruguay también se permite que las parejas del mismo sexo puedan adoptar.

Es importante seguir alcanzando nuevos avances hacia el reconocimiento de los derechos de la comunidad. Los expertos sugieren que es el momento de centrar la atención en generar cambios y progresos paulatinos.

¡Entre más respeto y tolerancia, mejor es la coexistencia!

Por Janier Mendoza (Universidad Centroamericana – Nicaragua)

Para leer el informe completo: http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/violenciapersonaslgbti.pdf

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